viernes, 8 de octubre de 2010

Lectura 7. Poema Paupérrilórico




Estaba una vez la silla
sentada detrás del suelo

Tenía el cuerpo cortado
y las alas de los corderos

No sé para donde me llevó la luna
pero era gorda como un ropero

Que mierda! gritó la guitarra
esto era muela del otro entierro

Estaba una vez la calle
sentada en el basurero

El cielo le dijo que no,
que no conocía las estrellas
ni los días de febrero

Pero que en realidad y fuera de prensa
le importaba un pimentero

Que susto gritó la cloaca!
esto le duele hasta'l mortero

Estaba una vez la vieja
acostada sobre lo añejo

Que belleza gritó la sorda!
peinándose los pendejos

Que si Dios no fuera casado
hubiera llegado a viejo

Estaba una vez mi casa
inclinada en lo verdadero

Es mentira! gritó la cenicienta
que miraba por un agujero

Si tu casa estuviera
inclinada en lo verdadero
mis tres axilas bailarían
el candombe de los guerreros

Estaba una vez la flaca
sentada en un caballero

Que indecencia! gritó la puta
perfumada entre los potreros

rezándole a un tarro viejo
de duraznos conserveros

Una vez vieron al sentido
preguntando a un carabinero

Y para donde va usted
con el perdón de los rascacielos?

El punto fijo no contestó
le ofendían las películas de vaqueros

El semáforo se reía,
este poema no tiene asidero!

Es malo como la envidia
y todo rima con corralero

Si tuviera lo que no tengo
sería otro pasajero

Estaría sentado
y tal vez dormido
en lo pendenciero

reclamándole al contador
de los brotes de los puerros

si es que el cebollín tenía razón
cuando le dije que la espero

Estaba la coherencia sentada en mi cenicero
el problema es que como no fumo
no hago caso a lo que no quiero


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